Un hombrecillo (Charlotte) trabaja en una línea de producción en serie en una fábrica. Su tarea consiste en atornillar dos tuercas a la vez a gran velocidad, esto le produce un tic inicial y recurrente hasta llegar a la demencia, pues comienza a ejecutar la acción dentro y fuera del trabajo con objetos y personas. Persigue a una mujer con las llaves en la mano, lo que provoca la reacción de un policía, ingresa a la fábrica y desata el caos al ser arrastrado por los engranajes de la inmensa maquinaria. Finalmente es recluido en un hospital psiquiátrico de donde sale para encontrarse con e cierre de las fabricas. Es la crisis del 29 que sume en la miseria a los trabajadores en los EEUU y en el resto del mundo.
Con tiempos modernos, Chaplin da una nueva orientación a su obra, supera entonces lo trágico individual, características de sus filmes desde “The Kid” (el chico), para elevarse a los grandes temas del mundo contemporáneo.
Chaplin entendía que los tiempos que corrían correspondían a un mundo inhumano, cuya organización se basa en la ganancia (acumulación del capital). Pero el film era criticado por muchos, sobre todo, en el sentido de la interpretación antecedente. Así, André Batin, en su obra en coautoría con Erick Rohmer, “Charles Chaplin” Fernando Torres editores, Valencia 1974, considera el filme como “carente de unidad”.
“Parodia” historias que son producto de su desempleo “el de millares” para obviar de este modo el tema central y evitar así la intervención de la censura.
“Tiempos Modernos” es la caricatura de la humanidad degradada en el trabajo de la fábrica. Charlotte no es un trabajador regular o medio de la fábrica, su relato es, el retrato de fondo de miseria de la condición proletaria, Georges Sadoul considera que “recurso económico de Chaplin es la dignidad”. Su personaje – antítesis de Max Linder- es un vagabundo que se cree un caballero.
martes, 11 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Muy bien. La entrada es correcta.
Publicar un comentario